Verde manzana realza el púrpura (del libro El boxeador)
Falta poco para que comience la primavera
Los días se han alargado
y se siente el calor del sol
algo más se acerca.
Después de beber agua
los animales se aquietan
las avispas mieleras que construyen su nido
en una gruesa rama de algarrobo
no me ven
entonces busco la luz
de tu árbol favorito
para descansar.
En esta tierra donde estuviste, todo me resulta familiar
Ni siquiera cuando oscurece
se va tu luz.
Rojo sobre el azul eléctrico
Desciende el micrófono del cielo y el presentador
anuncia la pelea de la noche
suena la campana
los boxeadores son dos colores
que saltan hacia su norte:
los torsos
son ascuas que crepitan con los movimientos aprendidos
saco y pera
puños arriba
combinación de líneas rectas y curvas
sonido breve del chasquido
turbio y ronco que propina el guante
sobre el yunque vital de los cuerpos
labios, narices, cejas y esperanza
sangran
¿qué puede resultar mal?
Colectivo completo (del libro Paquidermo)
En la oscuridad de la San Jerónimo
cabezas en fila india con auriculares
rostros lívidos a la luz de las pantallas
Todos quieren irse a casa.
El extremo de la calle pare insectos máquinas
asoman rojos y amarillos los números de las líneas
calidez de neón
en la boca de lobo de la noche.
Viene la cosecha de cuerpos.
El colectivo brilla
como una bolita lechera.
Está aquí y no hay asientos libres.
La mano abierta busca sostén
arranca pesado dócil
el chofer habla con alguien, dice
la empresa debería hacerse responsable
el otro mira la calle en su estar empático
una chica le dice a otra
lo gitano no se agota en el baile, es un modo de vida
al doblar en Mariano Moreno
El aire huele a levadura caliente
pies se deslizan
se adaptan como cada noche
a las ventanillas cerradas
a escuchar que alguien tose
el mundo afuera sigue
nos movemos como ciegos hacia el fondo
“la próxima, chofer”.
Alguien posa los ojos en la muerte
que espera paciente en la esquina,
hacia la puerta de atrás vamos todos.
Un muchacho se ha dormido profundo
y nos sueña.
VIII (del libro Licor de mandarinas)
Mi cuerpo de metal
es riel
para que se deslicen el sueño y la vigilia
mi cuerpo de madera
es instrumento desfigurado
que hizo música
mi cuerpo de piedra
es territorio animal
y sostén para las crecientes..
Nací un día y al siguiente
nací otra vez.
Cada vez que aprendí
una variante de verde
o de azul
o de rojo
cada vez que pude descubrir
una variante de lo dulce
de lo salado
de lo picante y
lo más picante,
comer un bocado sabroso
nací otra vez.
Fui veloz
tan veloz como el párpado.
La quietud es todo, ahora.
✍Laura Moreno (Córdoba, 1962). Es docente y escritora.
Ha ganado diversos premios, entre ellos el primer premio del Certamen de Poesía al Mar, Conil de la Frontera, España (2006), el primer premio del Certamen de poesía Luis de Tejeda (2021) y el segundo premio del Certamen Provincial de cuento policial “Escritor Eduardo Fernández” entre otros. Sus libros publicados son: Bisagras y escenas finales (2016, Lago Editora), Paquidermo (2019, Lago Editora), Licor de mandarinas (2022, Editorial Municipal), Los Sensuales (2023, Ediciones Falta Envido) y participó en la antología de cuentos Historial de la cuerda floja – diez cuentos de escritoras argentinas (2023, Lago Editora) como compiladora y coautora. Tiene un libro de poemas inédito, El boxeador. Coordina el VienePoesía de la Feria del libro Córdoba 2024.
🎙¡Muchas gracias Laura por ser parte del Podcast BDP!
Comparte este post