Cierro la canilla
y la última
gota coincide con la bocina de un tren
que viene de madrugada.
¿Cuántas personas esperan
llegar a destino?
Los sonidos de la noche
son invisibles
falla la costumbre, siempre
hay algo que se puede esconder
conocer es jugar con otros
sentidos que no riman con noche
por ejemplo
ahora intuyo
el movimiento de mi perra
los golpes
de la pelota contra el piso
pero antes
hubo un corte
la esponja sobre el filo
el filo sobre tu piel
tu piel sobre la cuchilla
la cuchilla que partió
la esponja que quedó
en dos apenas una línea
la sangre cae desde la palma.
Las personas descienden
del tren con hambre
del día, un chirrido,
las puertas se cierran, ruido de panzas, miedo
a la boca del túnel.
¿Cómo llegan hasta su Fabián?
¿Tendrán casas?
Pagamos por la tierra donde vivimos
como mi camino
que termina donde
comienza un hogar
al final de la ruta
estás
a trescientos cincuenta kilómetros
estás
y decir trescientos cincuenta kilómetros
y decir vos
es menos doloroso que contar
tres mil quinientas cuadras
o tres millones quinientos mil metros
¿cuál es el sinónimo de tu distancia?
tres mil quinientos fósforos usados
o tres millones quinientos mil corchos
o medias sueltas sin el par
o colectivos azules perdidos.
¿Cuántos accidentes geográficos
desde la puerta de mi casa
hasta el fondo de la tuya?
El tiempo es una prensa
que hace fuerza
contra mi pecho.
La canilla quedó mal cerrada
cada página que doy
vuelta con una gota
coincide que cae
dentro de la olla
en remojo
un poco de vinagre
(el guiso se volvió a pegar)
giro la llave
la gota crece
más y más a la derecha
más y más agua
aplico más
fuerza
pero el agua aumenta
ya es un gotaza que crece majestuosa
y de pronto zup, ahí va, plaf[1].
La canilla se parte
el chorro pega contra el pecho
el agua cae sobre el piso
y forma un charco
que progresa, luego es arroyo
pliego una servilleta
hago un barquito
y me subo
quizás la corriente
me llevé hasta tu casa
y distancia
sea sólo
forzar
el vástago de una canilla.
[1] Fragmento de Aplastamiento de las gotas de Julio Cortázar.
Poema 12
Se esperan, se tranquilizan, se buscan, se sienten.
Un hombre sostiene una caña entre sus piernas.
El cielo reposa sobre el agua
mientras olas baten las nubes.
Se presienten, se laten, se saben, se ocultan.
Una línea corta el plano en dos
un hilo de nailon atraviesa
la caña y el mar,
no es una roncha
pero quiere que pique.
Las moscas giran,
digo vuelan,
planean. Tuyú
en guaraní significa
barro blando,
encima de la costa de San Bernardo
orilla de barro blando
un hombre sostiene una caña entre sus piernas.
Se buscan, se saben, se sospechan, se pelean,
se resisten, se tiran, se giran, se fuerzan,
se sostienen, se aflojan, se retuercen, se refriegan,
se encuentran.
El hombre festeja
la caña en su mano
el balde con agua
una corvina rubia mira el cielo,
más atrás
un chico remonta
un barrilete, un Fiat
Duna rojo del mar
saca una lancha,
a lo lejos tras la bruma
se ve la punta del muelle de La Lucila,
en el muelle hay un café.
¿Cuántas líneas más
atraviesan el paisaje?
En una pizzería
una lata salva la espera,
la copa recibe la birra, mientras
los parlantes extranjeros
invaden nuestra mesa
y palabras
las tuyas y las mías
se desarman en codos.
Llenos
los minimercados de temporada
manos
lo tocan todo:
souvenirs del mundial,
estatuillas del Gauchito,
pronóstico
mañana llueve,
violetas.
La pizza no llega
y la mano levanta la copa
corta la espera, en la tele,
la mano levanta la copa
y festeja el mundial.
La boca besa la copa y prueba la birra,
la boca besa la copa y siente el frío
oro sobre sus labios,
un diente dorado refleja
el brillo de la pantalla,
la pantalla exhibe al mejor
jugador del mundo que levanta
la copa, la besa
amarillo macizo
la copa.
El mundial se mide en facturas,
de grasa y de manteca,
con dulce de leche,
con crema pastelera,
de hojaldre, con membrillo;
cuántos asados,
cuántas familias,
cuántas pérdidas de presentismo.
Conquistar los árboles,
las paradas de colectivo,
los techos de los colectivos,
los semáforos,
la Pirámide de Mayo,
los balcones,
el Obelisco,
las montañas
hasta cruzar la cordillera a caballo
y liberar Chile y Perú.
La autopista llena de sol,
la transpiración sobre los cuerpos, el brillo
en la piel de los cuerpos,
los cuerpos que tiran carros
levantan una Patria hecha de cartones.
Señoras de masas secas, tazas de té,
y tres cucharaditas de azúcar por favor,
revolver hasta el final,
la culpa, la primera vez:
Argentina campeón del mundo.
La picana, la tortura, Lugones,
las heridas, el circo, el silencio.
Maradona.
Malvinas.
La pizza que llega
el ruido de las olas
dos cuerpos sobre una mesa
en San Bernardo del Tuyú
comen Italia,
el Nápoles,
Dalma y Gianina,
las pantorrillas del Diego llenas de margaritas.
✍Manuel Geremías Marchioni Fasanini vive en Turdera desde que nació en 1989. Es músico, escritor, docente e investigador. Estudió en la Escuela de Música Popular de Avellaneda donde se recibió de Instrumentista superior en Música Popular especializado en Guitarra Folklore. Participó de los talleres literarios de Enrique Decarli, Fabián Casas, Pamela Terlizzi Prina, Osvaldo Bossi y Claudia Masin. Cursó la Formación en Gestión Cultural Pública del Ministerio de Cultura de la Nación, el curso de extensión "Mapeos territoriales para la construcción de políticas públicas situadas" (FLACSO – Ministerio de Cultura de la Nación) y Letras en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Es Diplomado en promoción cultural bonaerense con perspectiva de derechos” (UNLP – Ministerio de Cultura de la Nación) y actualmente cursa una Licenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes.
Publicó “Para los ojos más bellos” (Ediciones de La Huerta) en 2016, “Aeropuertos” (Textos Intrusos) en 2019, “Escalera al cielo” en 2020 y “Nuestro amor es un país” (La Máquina Eterna) en 2024.
Trabaja en programas socio educativos donde planifica talleres y estrategias pedagógicas de abordaje territorial que promuevan el acceso y la promoción de derechos en niñas, niños y adolescentes. Dicta clases de música en nivel primario y los talleres “Poesía y mapeos territoriales” y “No conozco el amor sólo lo intuyo”.
Fundador e investigador de la Asociación vecinal “Turdera por la Memoria”, un dispositivo integral de memoria territorial que tiene como objetivo visibilizar las víctimas del terrorismo de Estado en la ciudad de Turdera del partido de Lomas de Zamora (Buenos Aires). Proyecto declarado de interés municipal por el Honorable Consejo Deliberantes de Lomas de Zamora.
Desde 2021 desarrolla un proyecto de investigación sobre la producción literaria en el conurbano bonaerense y su relación con el territorio, proyecto que cuenta con una beca creación del Fondo Nacional de las Artes.
🎙¡Muchas gracias Manuel por ser parte del Podcast Bondi de Poetas!
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