Plataforma
El cielo es un nivel
de esos que se usan para la construcción
donde todo queda suspendido
un equilibrio de mercurio
entre marca y marca una burbuja
entre ojo y ojo
la mirada
que sostuve con un peso innecesario
hasta que se achicó
un cíclope entrando a las letras
un material salpicado a la cara
el paisaje un andamio que se cae.
Rayo
Que explote el horno con la casa
que se escape el gas de la garrafa
una granada
el trueno entra, un cuchillo en la noche
una recta como camino
un circuito contenido
como el que enciende
en un segundo
toda la ciudad
Mandamientos
Prefiero no decir
que limpio este rato
de la tarde
con una esponja raspando el cielo
para que se disperse
como gotas de luz
un listado
de mandamientos flotantes
Lugar donde llegar
Arena, cal, cemento
bolsas de escombros
cebolla, ajo, laurel y tomates
inundan la olla
casa rota
comida que salva
tornillos y tarugos
recuerdos
ventana
nuevos recuerdos
las marcas del sahumerio
serpentean el suelo
donde estuvo
el espiral
Ascensor
El sol sube por el andamio del día
es un albañil que construye claridad hasta su ocaso
todo reposa en esas transiciones
la noche es un vino tinto, salpicado
con un sifón de estrellas
El corazón
Es esa mezcladora
una carretilla de cascotes
3 paladas de cemento
3 baldes de agua
una boca que da vueltas
pedregullo
sonrisa rebosante y 2 de arena
desborda una canción.
Hileras
Nivel, plomada, cucharin, ladrillo
el cielo es un cemento alisado
un material barato que puede teñirse
se puede llamar portland
paraíso
o la Boca
de quinquela.
Filos
Mi mamá hace una serpentina con la naranja
de un solo tramo
con el cuchillo redondo de metal sin filo
las siluetas quedan colgadas en la cocina
como yararás hasta secarse
el sol las va mordiendo
brujerías que trae de misiones pienso
las prendía fuego para ahuyentar
las ponía en el mate para aliviar
ella es una cazadora
piel de fruta con un silencio filo
letal
Abuela por la mañana
Mi abuela miraba tomando mate dulce
con los talones rajados
la tierra envejecía
al borde de la huerta
hacíamos pactos con los mosquitos
un vuelo rasante
picando sobre la infancia.
Entre las 7 y las 8
La mañana es una sal efervescente
restos de un mar que no fue
en el barrio sin lengua
tocando los pies
baldosas rotas
baldea mi mamá
salpicando todo lo que puede sin chapotear
nunca conoció la playa
pero si las selvas, el campo y el cemento
con la manguera
ella escribe sus palabras
Carta Natal
Mientras trotaba un caballo
latía una herida dentro de mi madre
un grito
una respiración galopante
palabras llenas de nacimiento
20:15 se tatuó en el mapa del cielo
un instante que lleva mi nombre
lo demás es murmullo de estrellas.
✍Nelson Acevedo nació en General José de San Martín (antiguamente conocida como El Zapallar), Provincia del Chaco, Argentina. Se crió en la República de La Boca, barrio donde surgieron muchos de los poemas del libro.
Es Licenciado en Trabajo Social de la UBA y electricista matriculado en la Universidad Tecnológica de Pacheco.
En 2011 publicó su poemario Palabras que no guardé de manera independiente y colaborativa. Fue finalista con primera mención en el XIV Concurso Internacional Literario Gonzalo Rojas Pizarro, Chile, 2017.Participó en la edición virtual Otoño de Mapá en 2020. Poemas suyos fueron publicados en diversas antologías.
En 2022 publicó El Cielo es un nivel por la editorial Puño, papel y tijera.
Integra la Editorial autogestiva Puño, papel y tijera.
Actualmente, estudia la Licenciatura en Artes de la Escritura, de la Universidad Nacional de las Artes.
🎙¡Muchas gracias Nelson por ser parte del Podcast BDP!
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